Poemas de Ernesto Cardenal


OFENSIVA FINAL
En homenaje a Dora María Téllez

Fue como un viaje a la luna
con la complejidad y precisión de todos los detalles
contando con todo lo previsto
y también lo imprevisto.
Un viaje a la luna en el que el menor error podía ser fatal.
“Aquí Taller” “Aló Asunción” “Aló Milpa”.
“Taller” era León, “Asunción” Masaya, “Milpa” Estelí.
Y la voz calmada de la chavala Dora María desde “Taller”
diciendo que los refuerzos del enemigo los estaban rodeando
peligrosamente,
la voz cantarina y calmada:
“Aquí Taller. ¿Me están escuchando?”
Y la voz de Rubén en Estelí. La voz de Joaquín en “Oficina”.
“Oficina” era Managua.
“Oficina” no tendría municiones en dos días más (“Cambio”).
Instrucciones precisas, en clave, dónde sería el aterrizaje...
Y Dora María: “No tenemos bien guardada la retaguardia. Cambio.”
Voces serenas, calmas, entrecruzándose en la frecuencia sandinista.
Y hubo un tiempo en que el equilibrio de las dos fuerzas se mantenía
y mantenía, estaba siendo muy peligroso.
Fue como un viaje a la luna. Y sin ningún error.
Muchísimos trabajando coordinados en el gran proyecto.
La luna era la tierra. El pedazo nuestro de la tierra.
Y llegamos.
Ya empieza, Rugama, a ser de los pobres; la tierra ésta
(con su luna).

REGRESO

Fue a la semana después del triunfo.
Veníamos de Cuba
de la celebración del 26 de julio.
Yo iba recordando el discurso de Fidel
y la frase de Martí “Todo es gloria en Julio”.
Y aparece de pronto, azul sobre el azul, el Momotombo
libre por primera vez desde la época de los indios.
Los campos cuadriculados, de dulces verdes, al amanecer.
El lago de Managua sonrosado en ese amanecer,
la pequeña Isla del Pájaro junto a Managua
(también era de Somoza,
el primer Somoza le quiso cambiar el nombre por Isla del Amor)
y me doy cuenta que se ve ahora más bello el país.
Y se lo digo a Dora María que va a mi lado
mirando también extasiada la patria liberada
este sueño que todos estamos viviendo y del que jamás despertaremos.
Antes esta belleza estaba como abochornada...
Qué bello se ve ahora el país.
Qué hermosa ahora nuestra naturaleza sin Somoza.
Y la emoción de oír sobre el lago rosicler
a la azafata de Cubana de Aviación anunciar
que vamos a aterrizar en el aeropuerto “Augusto César Sandino”.
El avión lleno de comandantes guerrilleros.
Y ahora el bajarse sin temor
(y por cierto que no andábamos pasaporte)
y llegar a Migración, y llegar a Aduana,
y que le digan a uno: “Compañero”.

*Estos poemas fueron leídos por Ernesto Cardenal en homenaje a Dora María Téllez.

No hay comentarios: